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martes, 5 de febrero de 2013
LA DOCTRINA NAZARENA
A fin de que mantengamos nuestra herencia dada por Dios, la
fe una vez dada a los santos, especialmente la doctrina y experiencia de la
entera santificación como segunda obra de gracia nuestra doctrina se basa en
los 16 artículos de fe que rigen nuestra denominación Cristiana
I. El Dios Trino: Creemos en un solo Dios eternamente
existente e infinito, Soberano del Universo; que solo El es Dios, Creador y
administrador, santo en naturaleza, atributos y propósito; que El, como Dios,
es trino en su ser esencial, revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
II. Jesucristo: Creemos en Jesucristo, la Segunda Persona de
la Divina Trinidad ;
que El eternalmente es uno con el Padre; que se encarnó por obra del Espíritu
Santo y que nació de la virgen María, de manera que dos naturalezas enteras y
perfectas, es decir, la deidad y la humanidad, fueron unidas en una Persona,
verdadero Dios y verdadero hombre, el Dios-hombre. Creemos que Jesucristo murió
por nuestros pecados y que verdadera mente se levantó de entre los muertos y
tomó otra vez su cuerpo, junto con todo lo perteneciente a la perfección de la
naturaleza humana, con lo cual El ascendió al cielo y esta allí intercediendo
por nosotros.
III. El Espíritu Santo: Creemos en el Espíritu Santo, la Tercera Persona de
la Divina Trinidad ,
que El está siempre presente y eficazmente activo en la Iglesia de Cristo y
juntamente con ella, convenciendo al mundo de pecado, regenerando a los que se
arrepienten y creen, santificando a los creyentes y guiando a toda verdad la
cual está en Jesucristo.
IV. Las Sagradas Escrituras: Creemos en la inspiración
plenaria de las Sagradas Escrituras, por las cuales entendemos los 66 libros
del Antiguo y Nuevo Testamentos dados por inspiración divina, revelando
infaliblemente la voluntad de Dios respecto a nosotros en todo lo necesario
para nuestra salvación, de manera que no se debe imponer como Artículo de Fe
ninguna enseñanza que no esté en ellas.
V. El Pecado, Original y Personal: Creemos que el pecado
entró en el mundo por la desobediencia de nuestros primeros padres, y la muerte
por el pecado. Creemos que el pecado es de dos clases; pecado original o
depravación y pecado actual o personal. Creemos que el pecado original, o depravación,
es aquella corrupción de la naturaleza de toda la descendencia de Adán, razón
por la cual todo ser humano está muy apartado de la justicia original, o estado
de pureza, de nuestros primeros padres al tiempo de su creación, es adverso a
Dios, no tiene vida espiritual, está inclinado al mal y esto de continuo.
Además, creemos que el pecado original continúa existiendo en la nueva vida del
regenerado hasta (ser desarraigado) que el corazón es totalmente limpiado por
el bautismo del Espíritu Santo. Creemos que el pecado original difiere del
pecado actual, por cuanto constituye una propensión heredada al pecado actual
de la que nadie es responsable, sino hasta que el remedio divinamente provisto
haya sido menospreciado o rechazado. Creemos que el pecado actual o personal es
la violación voluntaria de una ley conocida de Dios, cometida por una persona
moralmente responsable. Por tanto, no debe ser confundido con fallas
involuntarias o inevitables, debilidades, faltas, errores, fracasos u otras
desviaciones de una norma de conducta perfecta, los cuales son residuos de la
caída. Sin embargo, tales efectos inocentes no incluyen actitudes o respuestas
contrarias al Espíritu de Cristo, las que pueden llamarse propiamente pecados
del espíritu. Creemos que el pecado personal es primordial y esencial mente una
violación de la ley del amor; y que en relación con Cristo, el pecado puede
difundirse como incredulidad.
VI. La
Expiación : Creemos que Jesucristo, por sus sufrimientos, por
el derramamiento de su preciosa sangre, y y por su muerte (meritoria) en la
cruz, hizo una expiación plena por todo el pecado de la humanidad, y que esta
expiación es la única base de la salvación y que es suficiente para todo
individuo de la raza de Adán. La expiación es misericordiosamente eficaz para
la salvación de los irresponsables y para los niños en su inocencia, pero para
los que llegan a la edad de responsabilidad, es eficaz para su salvación
solamente cuando se arrepienten y creen.
VII. El Libre Albedrío: Creemos que la creación de la raza
humana a la imagen de Dios, incluyo la capacidad de escoger entre el bien y el
mal y que, por tanto, los seres humanos fueron hechos moralmente responsables;
que por medio de la caída de Adán llegaron a ser depravados, de tal modo que
ahora no pueden, por sus propias fuerzas naturales y obras, tornar y prepararse
para la fe y para invocar a Dios. Pero también creemos que la gracia de Dios,
por medio de Jesucristo, se concede gratuitamente a todas las personas,
capacitando, a todos los que quieran, para tornal del pecado a la justicia,
para creer en Jesucristo y recibir perdón y limpieza del pecado, y para seguir
las buenas obras agradables y aceptadas a la vista de El. Creemos que toda
persona, aunque posea la experiencia de la regeneración y de la entera
santificacion, puede caer de la gracia y apostatar y, a menos que se arrepienta
de sus pecados, se perderá eternalmente y sin esperanza.
VIII. El Arrepentimiento: Creemos que el arrepentimiento,
que es un cambio sincero y completo de la mente respecto al pecado, con el
reconocimiento de culpa personal y la separación voluntaria del pecadp, se
exije de todos que por acción o propósito, han llegado a ser pecadores contra
Dios. El Espíritu de Dios da a todos los que quieran arrepentirse la ayuda benigna
de la contrición de corazón y la esperanza de misericordia, para que puedan
creer a fin de recibir perdón y vida espiritual.
IX. La
Justificacion y la Regeneración : Creemos que la justifaicación es
aquel acto benigno y justicia de Dios, por el cual El concede pleno perdón de
toda culpa, la remisión completa de la pena por los pecados cometidos y la
aceptación como justos de los que creen en Jesucristo y lo reciben como
Salvador y Señor. Creemos que la regeneración, o nuevo nacimiento, es aquella obra
misericirdiosa de Dios, por la cual la naturaleza moral del creyente
arrepentido es vivificada espiritualmente y recibe una vida distintivamente
espiritual, capaz de experimentar fe, amor y obediencia.
X. La Entera Santificación : Creemos que la entera
santificación es aquel acto de Dios, subsecuente a la regeneración, por el cual
los creyentes son hechos libres del pecado original, o depravación, y son
llevados a un estado de entera devoción a Dios y a la santa obediencia de amor
hecho perfecto. Es efectuada por el bautismo con el Espíritu Santo y encierra
en una sola experiencia la limpieza del corazón de pecado, y la presencia
permanente del Espíritu Santo, dando al creyente el poder necesario para la
vida y servicio. La entera santificación es provista por la sangre de Jesús, es
efectuada instantáneamente por fe,y es precedida por la entera consagración; y
el Espíritu Santo da testimonio de esta obra y estado de gracia.
XI. La
Iglesia : Creemos en la iglesia, la comunidad que confiesa a
Jesucristo como Señor, el pueblo del pacto de Dios renovado en Cristo, el
Cuerpo de Cristo llamado a ser uno por el Espíritu Santo mediante la palabra.
Dios llama a la iglesia a expresar su vida en la unidad y comunión del
Espíritu; en adoración por medio del la predicación de la Palabra , en la observanca
de los sacramentos y al ministrar en su nombre; por obediencia a Cristo y la
responsabilidad mutua. La misión de la iglesia en el mundo es continuar la obra
redentora de Cristo con el poder del Espíritu, mediante una vida santa, la
evangelización, el discipulado y el servicio.
XII. El Bautismo: Creemos que el bautismo cristiano,
ordenado por nuestro Señor, es un sacramento que significa la aceptación de los
beneficios de la expiación de Jesucristo, que debe administrarse a los
creyentes, y que declara su fe en Jesucristo como su Salvador, y su pleno
propósito de obediencia en santidad y justicia. Siendo el bautismo un símbolo
del nuevo pacto, el bautismo puede ser administrado por aspersión, afusión o
inmersión.
XIII. La
Santa Cena : Creemos que la santa Cena Conmemorativa y de
Comunión instituida por nuestro Señor y Salvador Jesucristo, es esencialmente
un sacramento del Nuevo Testamento, que declara su muerte expiatoria, por cuyos
méritos los creyentes tienen vida y salvación, y la promesa de todas las
bendiciones espirituales en Cristo.Siendo la fiesta de comunión, solo aquellos
que tienen fe en Cristo y amor para los santos, deben ser llamados a participar
en ella.
XIV. La
Sanidad Divina : Creemos en la doctrina bíblica de la sanidad
divina e instamos a nuestra feligresia a buscar oportunidad para hacer oración
de fe para la sanidad de los enfermos. Creemos también que Dios sana a través de
las agencias de la ciencia médica.
XV. La
Segunda Venida de Cristo: Creemos que el Señor Jesucristo
vendrá otra vez; que los que vivamos en el momento de su venida, no
precederemos a los que durmieron en Cristo Jesús; más si hemos permanecido en
El, seremos arrebatados con los santos resucitados para reunirnos con el Señor
en el aire, y estaremos siempre con El.
XVI. La resurreccion, el Juicio y el Destino: Creemos en la
resurrección de los muertos, que los cuerpos tanto de los justos como de los
injustos serán resucitados y unidos con sus espíritus –“los que hicieron lo
bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a
resurrección de condenación”. Creemos en el juicio futuro en el cual toda
persona comparecerá ante Dios para ser juzgada sus hechos en esta vida. Creemos
que a los son salvos por creer en Jesucristo nuestro Señor y le siguen en
obediencia, se les asegurará la vida gloriosa y eterna; y que los que
permanezcan impenitentes hasta el fin, sufrirán eternamente en el infierno.
(Todas la bases bíblicas están mostrada en el Manual de la Iglesia del Nazareno).